Querida familia y amigos:
Sé que quieren verme bien... como antes, cuando la ilusión hacía que mis días brillaran. Les contaré un poco para que entiendan mi dolor asfixiante. Saben... hace poco tiempo (y digo poco porque el tiempo de embarazo pasa volando)... Bueno, hace poco tiempo recibí una noticia que transformó mi vida... Bah! Que si transformó mi vida? Una prueba de orina me daba la noticia de que sería madre! Waw! Qué notición! Será posible tener tanta dicha con otra noticia? Mi respiración se detuvo, la risa a carcajadas no se hizo esperar y las lágrimas de felicidad fluyeron como cascada. La mayor felicidad que he sentido en mi vida! Y casi no lo podía creer... yo, sí, yo!!! Yo llevaba en mi vientre un bebé, mi bebé. Y luego a darle la noticia a la familia!!!!! Creo que tanta alegría en todos ustedes no se podía comparar ni con la mejor Navidad.
De inmediato comenzaron los planes, los sueños, las ilusiones. Será niño o será niña? La verdad, no me importaba... creo que todas decimos lo mismo, sólo quiero que tenga salud porque lo que sea ya tiene mi amor. Y comenzaron las citas de cuidado prenatal! Nunca olvidaré ese día que escuché por primera vez los latidos de su corazón... esos latidos que parecían un caballo corriendo a todo galope. Esos latidos que me decían que mi bebé estaba bien, que estaba VIVO! Hicimos una búsqueda de nombres y ya teníamos nuestros favoritos. Papá estaba tan feliz! Todas las noches le hablaba a la barriga, y la verdad, nuestro bebé se movía una y otra vez cuando lo escuchaba.
Estoy convencida que ya nos reconocía a los dos! Cuanta dicha había en mi hogar! Comenzamos a comprar algunas cosas y ustedes, familia y amigos nos traían detalles hermosos para nuestro bebé. La verdad, ya sabíamos quién lo cuidaría en nuestra ausencia para ir a trabajar y hasta en qué escuela estudiaría. Creo que teníamos resuelto los próximos 5 años de su vida. Todos nuestros sueños, anhelos y metas se enfocaron en nuestro bebé, ese que crecía dentro de mi. Pero un día todo cambió, no puedo entender qué pasó. Mi bebé no se movía en mi barriga, entendí que algo no estaba bien pero jamás imaginé la pesadilla que se aproximaba. A sólo minutos de llegar al hospital recibí la peor de las noticias, esa que me desgarraba desde mis entrañas, que me destruía por completo... mi bebé...
QUE DOLOR TAN GRANDE SIENTO AL RECORDAR!!!
Mi bebé... ya no había latidos... me destroza el alma decirlo... mi bebé había muerto... Pero cómo? No logro entender por qué mi bebé? Yo me cuidaba, comía bien, descansaba... todos los días le cantaba y le decía cuánto le amamos y que nos encargaríamos de hacerle feliz.
Luego de unas horas parí a mi bebé... sí, el médico me dijo que tenía que parirlo! Saben, dentro de mi tenía la esperanza de escucharle llorar... pero eso nunca pasó. Una enfermera me preguntó si quería ver a mi bebé y me explicó que estaba muerto. Pero cómo decirle que no si llevaba meses soñando con tenerlo entre mis brazos? Y así fue... lo que nunca imaginé estaba ocurriendo... así fue como vi el rostro de mi gran amor por primera vez, lo tomé en mis brazos y lo besé por primera, única y última vez... Una parte de mí partió con mi bebé, lo que conocía como vida no será jamás... ahora, poco a poco tendré que comenzar una nueva vida... sin mi bebé...
Les pido tiempo, apoyo y compañía en el dolor más grande que he vivido...
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